Ensayo: Carla Torres Gajardo

Universidad de Concepcion.
Facultad de educación.
Depto de Ciencias de la Educación.

Concepción, abril 27 de 2015
Carla Torres Gajardo.
Profesor Dr. Daniel Neira.

Aspectos de una educación colegial.


Hoy en día son muchos los que se preguntan ¿cómo es la educación que se da en mi establecimiento de estudios? ¿es de calidad? ¿cumple con las expectativas de lo que espero aprender?. Claramente no todos saben cómo responder a esto, ya que el concepto de educación es algo que está mal entendido.
Primeramente, hablaré un poco sobre lo que educación significa. Con algunos compañeros llegamos a entender que educación trata sobre formar a una persona a través de la enseñanza de no sólo un tema o algo específico, sino mediante varios aspectos como lo social, ético-moral, artes, música, entre otros, que deberían enseñarse de manera equilibrada. Sin embargo, eso en los colegios no es así, pues las horas de arte y música están siendo reducidas, cuando en realidad debería ser todo lo contrario. En Alemania, por ejemplo, es obligación que los alumnos sepan tocar, mínimo, un instrumento al salir del colegio, lo que no es absurdo, puesto que aprender a tocar instrumentos ayuda a desarrollar increíblemente las capacidades motoras y mentales, así como también la creatividad. Pero bueno, lamentablemente en Chile esto no sucede, a menos que sea un colegio especializado e increíblemente caro.

Este conjunto de disciplinas que trata de desarrollar las habilidades de una persona, ya sean innatas o adquiridas con el paso del tiempo, va por etapas según el tipo de necesidades que tenga cada persona y comienza en el hogar con los padres, los cuales nos van dando las herramientas para empezar a construir nuestro futuro y la base de lo que seremos más adelante. Continuamente al hogar, el colegio es el encargado de seguir educándonos; lamentablemente para nosotros, cada año entramos más jóvenes a los establecimientos y nos frustran con la idea de ser evaluados en la edad en que sólo queremos jugar y tal vez aprender. La educación del hogar, que es una de las más importantes, es cada vez menor, ya que a los pocos meses de vida los niños ingresan al jardín y, si no, a los 4 años deben entrar a pre kínder, y los padres, como deben trabajar, es poco lo que comparten con sus niños, así que ponen la confianza en los establecimientos y en los profesores para que eduquen a sus pequeños.

El colegio en que me toco estudiar, si bien no era malo, tampoco era excelente. Rescato de éste que desde el kínder nos enseñaron sobre el folklore y sobre nuestro baile nacional, la
cueca. Sinceramente encuentro absurdo que no sea obligación que todos los alumnos de este país la aprendan y la aprecien como deberían. También en mi colegio se tenía un buen patio de juegos con dos canchas de básquetbol. El deporte es algo esencial para los niños, ya que los ayuda a liberar energías, a recrearse juntos y a desarrollar esa capacidad del trabajo en equipo. En cuanto a los ramos "importantes" puedo decir que me tocaron profesores de todo tipo, buenos y malos, relajados y estrictos, pero, sin embargo, con el mismo objetivo, enseñar. La mayoría de ellos se enfocaba en pasar la materia estipulada por el Ministerio de Educación y se guiaban por la planificación que les era entregada.

En la educación básica, la relación profesor-alumno siempre fue de respeto, pues el adulto frente a la sala era la máxima autoridad de la clase y sólo él tenía la razón. Esto es similar a lo que dice Bourdieu en su teoría, ya que, según él, el profesor es el encargado de transmitir la cultura, actuando como un mediador y visto además como una autoridad institucional, por lo que ostenta poder, por ende es él quien transmite los conocimientos y/o conceptos correctos, es él quien tiene la legítima razón. Y esto es cierto, pues con el poco conocimiento que tenemos a esa edad, no podemos contradecir lo dicho por la autoridad pedagógica, además de ser él quien nos enseña y da los primeros conocimientos del mundo.

En la enseñanza media, esa relación se vuelve un poco más inestable por razones naturales; a esa edad somos más conversadores y desordenados, y el profesor no es de mucha paciencia que digamos. Recuerdo que mi profesora de biología de ese entonces era súper estricta, ella era bastante autoritaria con su clase y todo debía ser correcto, todas las alumnas debían estar en silencio. A diferencia de ésta, mi profesora de química, quien se dejaba dominar por las alumnas, sólo se resignaba a pasar la materia a las pocas personas que le ponían atención; sin embargo no todos eran iguales. Tuve una muy buena profesora de lenguaje que hacía que sus clases fueran bien interactivas, además ella, como dice la teoría de la educación como disciplina científica, se interesaba en que el alumno desarrollara la capacidad de análisis reflexivo, que examinara cómo la sociedad llega a un determinado estado de cosas y de qué manera puede aquel conocimiento ser verificado a fin de seguir incrementando el conocimiento y la destreza necesarios para crear nuevos significados y relaciones.

Por muchos años fui partícipe de variadas actividades extraescolares de mi colegio, todas relacionadas con la música. Esto comenzó cuando cursaba séptimo año y una amiga me invitó a coro, el cual existía para cantar en las misas que se realizaban mensualmente. Debo admitir
que es algo que disfruté mucho y, hasta ahora, cantar a Dios es algo que me gusta mucho. Luego de coro venía la clase de folklore y la de instrumental, a las cuales también me integré. Aquí aprendí bastante, no sólo de música sino que también de la vida y de cómo relacionarme con mis compañeras, puesto que siempre fui bastante tímida. Al año siguiente, al profesor de música encargado se le ocurrió la idea de formar una estudiantina, cosa que cumplimos para el día del profesor el año 2006, donde tuvimos nuestra primera presentación; con éste nuevo grupo pude seguir cultivando mi amor por este bello arte de danzas, canto e instrumentos. Uno de esos años, la directora de ese entonces nos dejó bien equipadas en cuanto a instrumentos, pero, ahora que lo pienso, el mostrar el talento y conocimiento de las alumnas de su colegio durante las presentaciones que teníamos, ya fuera en otros establecimientos o en eventos externos, le servían a ella como publicidad para atraer a nuevos estudiantes. Lo mismo sucedió con el equipo de básquetbol; el que éste ganara los campeonatos beneficiaba bastante al establecimiento. Eso realmente no nos importaba en aquel minuto, ya que gracias a ello logramos aprender mucho más sobre la música y los instrumentos, además de incrementar nuestra capacidad productiva.

En cierto sentido, en el establecimiento se pueden reconocer algunas ideas de la teoría del capital humano, ya que, además de impartir variados talleres recreativos que nos benefician y satisfacen, nos hacen incrementar nuestra capacidad productiva; y, al recibir una mejor educación dando buenos resultados, el colegio en sí se presenta como una buena opción para los nuevos estudiantes.
Este tipo de situaciones no sólo se da en mi colegio, sino que en la mayoría de los establecimientos, ya que éstos buscan sacar partido de la buena educación que le brindan a sus educandos para llamar la atención y atraer a nuevos estudiantes.

Con esto puedo decir que la educación impartida en mi colegio no fue mala, pero pudo haber sido mejor, ya que, por ejemplo, se apegaban mucho al plan entregado por la institución y no implementaban cosas nuevas, como por ejemplo generar otros talleres o crear instancias de lectura más interesantes. A pesar de no haber tenido expectativas sobre el tipo de enseñanza que se me daba y de no haber sido muy ambiciosa en cuanto al conocimiento que quería, cuando se trata de la música, me hubiera gustado haber tenido algún ramo para aprender a tocar un instrumento en específico, o que el profesor de la enseñanza media hubiera hablado sobre la música latinoamericana.
Bueno, cada profesor tiene su manera de entregar conocimientos, algunos se rigen de la planificación que les entregan y otros se salen un poco de ese contexto y nos enseñan cosas mas interesantes respecto de su área.
Cada establecimiento y sus profesores tienen una manera distinta de educar a sus estudiantes, aplicando algunas de las teorías de la educación o un poco de todas, apegándose al programa de estudios entregado por el Ministerio de Educación o innovando con sus propias ideas.

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